¿Qué implica realmente? ¿Cómo se diferencia del diseño tradicional? Y, lo más importante, ¿cómo puede beneficiar a las empresas y organizaciones?
"En el mundo del diseño, pensar a lo grande es el primer paso hacia grandes resultados. ¡Atrévete a diseñar estratégicamente y alcanza nuevas alturas!"
En su esencia, es una disciplina emergente que adopta los principios, métodos y mentalidad propios del diseño para abordar problemas complejos y entrelazados. En el ámbito empresarial, estos "problemas" suelen estar relacionados con la toma de decisiones estratégicas para mejorar la competitividad y fomentar la innovación.
Una de las características clave del diseño estratégico es su capacidad para trascender las fronteras entre el diseño y otras áreas, así como para adoptar una perspectiva más amplia y sistémica. Se trata de pasar de lo concreto y tangible a lo abstracto y global, haciendo un "zoom out" que nos permite comprender mejor el panorama completo.
Si consideramos el producto como el objeto de diseño tradicional, podríamos pensar en el diseño estratégico como un enfoque que aborda desafíos en capas de abstracción crecientes. En lugar de centrarse únicamente en el producto en sí mismo, el diseño estratégico se adentra en el espacio del problema que envuelve al producto, el servicio en el que se integra, el negocio que lo hace viable y las decisiones orientadas a un futuro incierto.
Explorando las Capas del Diseño Estratégico
La primera capa de abstracción en el diseño estratégico es el "espacio del problema", que se refiere a la formulación y estructuración del problema que se busca resolver o la necesidad que se pretende satisfacer. Este espacio del problema es fundamental en el proceso de diseño, ya que influye en la solución final.
En los enfoques más tradicionales de diseño, como en un briefing típico, el diseñador suele recibir una serie de requisitos o una propuesta de solución con un nivel de detalle variable. Sin embargo, estas decisiones ya están preestablecidas en cierta medida antes de que el proyecto llegue a manos del diseñador.
El primer paso para llevar el diseño a un plano más estratégico es aplicar sus principios y métodos para trabajar en la elección del desafío o problema que merece la pena resolver, así como en su estructuración. En otras palabras, se trata de responder preguntas fundamentales como: "¿Por qué resolvemos algo?" "¿Cuál será el camino para alcanzar el resultado deseado?".
Esta etapa de descubrimiento y definición del problema, conocida como espacio del problema, es esencial para generar soluciones efectivas y estratégicas. Aquí es donde se recopila y analiza todo el conocimiento necesario sobre el usuario, los requisitos del negocio, las limitaciones tecnológicas y el contexto, antes de formular el problema de manera suficiente para generar soluciones efectivas.
En resumen, el diseño estratégico es un enfoque que va más allá del diseño convencional al abordar problemas complejos y entrelazados en el ámbito empresarial. Al adoptar una perspectiva amplia y sistémica, el diseño estratégico nos permite comprender mejor el panorama completo y tomar decisiones más informadas y efectivas. En última instancia, se trata de utilizar el poder del diseño para crear soluciones innovadoras y resolver desafíos empresariales de manera estratégica y efectiva.
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